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En vistas al próximo nombramiento del nuevo director del Banco de España, Renovem-nos se ha sumado con otras organizaciones del estado para reclamar medidas económicas de la emergencia climática en la agenda del futuro responsable de la supervisión bancaria.

Los planes de transición de la banca hacia la descarbonización serán supervisados ​​por el BCE, en la que ejecutiva se sentará nuestro próximo gobernador nacional. Los bancos centrales tienen la capacidad de poner en marcha medidas concretas muy eficaces, como los préstamos a interés ‘verde’, menores que los convencionales, incluso del 0%, para aplicar a inversiones sostenibles en ámbitos como la renovación energética de las viviendas .

Quien gobierne próximamente el Banco de España debe apoyar una política monetaria y prudencial que responda al reto de la transición verde. Así lo pedimos una serie de organizaciones de vocación social y medioambiental, y asociaciones de consumidores, que representamos a la sociedad civil, en una carta dirigida al ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cos.

Hay muchas formas de alcanzar los objetivos de estabilidad de precios y estabilidad financiera y el Banco Central Europeo debe elegir la forma que se alinee mejor con los objetivos de una transición justa. Ahora España debe designar al sustituto de Hernández de Cos y es la ocasión para decantarse por un perfil que tenga estas prioridades en mente para sentarse a la ejecutiva del BCE, ya que el BCE supervisará los planes de transición de la banca hacia la descarbonización.

Y es que según el plan de finanzas sostenibles de la Unión Europea, pronto sea obligatorio para las grandes empresas definir su hoja de ruta hacia la descarbonización de las actividades. Después de años informando de las actividades de gobernanza de la sostenibilidad (ASGs), la banca sigue financiando prácticamente lo mismo, sin dejar de lado las industrias intensivas en combustibles fósiles ni financiar más las inversiones sostenibles.

En este sentido, sabemos que los modelos macroeconómicos que utilizan los bancos centrales infravaloran de forma sistemática el impacto de los riesgos

climáticos. Ante esta situación, es mejor una austeridad de carbono preventiva que nos mantenga alejados de los puntos de inflexión climáticos, que pueden ser irreversibles. Además, los planes de transición de la banca no pueden quedarse con financiar actividades que ya nacen sostenibles, deben apuntar también a financiar la transición. Por ejemplo, en el sector de la edificación, no es suficiente con financiar sólo las viviendas nuevas que tienen etiqueta energética A y que son una minoría, es necesario financiar la rehabilitación del 80% de las viviendas más ineficientes, porque lo insostenible d hoy sea sostenible mañana, en línea con el consejo de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) sobre la regulación de la etiqueta de crédito verde.

Una financiación para la transición mucho más asequible es posible. Los bancos centrales tienen la capacidad de poner en marcha un tipo de interés verde que sea menor que el tipo de interés convencional, incluso del 0%, pero sólo aplicable a inversiones sostenibles. Ésta es una medida perfectamente viable, que se puede poner en marcha con instrumentos que ya se han utilizado en el pasado, que funcionaron muy bien para salir de la deflación que teníamos hace unos años, y permitiría que se alcanzara el umbral rentabilidad de muchas más inversiones necesarias para la transición.

La carta concluye instante a nombrar a una persona consciente de la emergencia en la que nos encontramos a nivel climático y ambiental, así como de sus implicaciones sociales, que sepa entender el gran papel que el Banco de España y el BCE pueden y deben tener con una dirección audaz y decidida desde nuestros bancos centrales.

 

CONTACTO: Verónica Rodríguez. 629 35 58 92 – [email protected]